Todas las cosas más intrascendentes que me pasan en Bélgica...

Tuesday, January 02, 2007

Cómo puede ser que haya tanta música hermosa?

Muchas veces recuerdo una crítica que me hicieron una vez (o varias veces): que a mí en música me gusta todo. Esa aseveración dista de ser cierta, pero debo admitir que soy bastante benévola en materia de gustos musicales. Cuestión que hoy pensaba... lo más maravilloso posiblemente de mi carrera es que cada música que me toca pasa a tener una historia en mi vida, una historia que vuelve cada vez que escucho ese fragmento o pieza. Como algunos ejemplos podría citar:
* Dvorak- "Sinfonía N 8": el shock instantáneo que tuve cuando escuché la versión de Lorin Maazel con la Viena Fil, y cómo, a pesar de casi no tener plata, me la compré apenas pude. Los ensayos con la Libertador, la letra H del primer movimiento con mi solo de flauta 2, los ensayos exhaustivos con Facundo para que saliera el casi inexistente solo del 3er movimiento.
* Tchaikovsky "El Cascanueces" "Vals de las flores": sin duda, yo sentada en una butaca del Teatro (cuando no tiene nombre ya saben cuál es el Teatro), en mi primer anio de Dirección de Orquesta, viendo a el hasta ahora no descubierto por mí Carlos Calleja, y enamorándome perdidamente de él en el solo de cellos (que después me voy a enterar, las vueltas de la vida, que en ese concierto tocaba Fede).
* Beethoven: 2do movimiento de Sinfonía N 2: a Carlos Vieu, "hasta el cp 100", que me tenía cagando para que lo estudiara.
* Respigui- Pinos de Roma: Bélgica, Zollman dirigiendo, especialmente el ritenuto del 3er movimiento, un momento de pura tensión y sensualidad (y que conste, para evitar malentendidos, que estoy hablando de sensualidad en la música).
Y así la lista puede ser eterna... Y es increíble, pero escucho la música y no puedo evitar que venga ligada a una historia, y cada historia es única y hacen que cada música sea única.
Me voy a estudiar.
Hasta maniana.

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