Todas las cosas más intrascendentes que me pasan en Bélgica...

Saturday, March 15, 2008



Polonia... ahora sí...

... ahora sí me voy a poner un poco más verborrágica y menos gráfica y voy a contar cómo estuvo mi último paso por Polonia, uno de los significativos, porque fui con papá, mamá y Nico, y estaban todos con mucha ansiedad esperando conocerlos. Llegamos a Katowice bastante de noche, encontramos todo bien y fuimos a Cracovia. Ahí nos tomamos un taxi que nos llevó al lugar donde ibamos a quedarnos, y yo entré en pánico (qué raro, últimamente...!) porque el taxista no hablaba una palabra de inglés, y nos quería dejar en una calle oscura donde no estaba el lugar donde ibamos. Al final lo encontramos, claro!

Fuera de mi amor ya conocido por Cracovia, disfruté especialmente el par de días que estuvimos porque nos hicimos un poco duenos del lugar, nos caminamos todo, salimos de noche con Nico y Marta (una de nuestras primas) en ronda de bares y pubs, y estuvo genial, fuera de que yo me tuve que volver antes porque se me caían casi los lagrimones del dolor de muela que tenía... y pasooo xD. Aparte, en Cracovia fue donde nos encontramos con Ludwick, y también estuvo más que bien.

Al otro día nos fuimos a visitar a los demás familiares. Nos fuimos en tren durante algunas horas, y cuando llegamos empezó, directamente, la maratón familiar. Lo único que puedo decir es que fueron, como ya me esperaba, varios días sin parar. Yo pude darme algún respiro porque me fugué un día a estar con Ania, Kasia y familia, pero después estuvimos de casa en casa, sin parar de comer y de charlar y de todo. Igual la pasamos muy muy bien y, por supuesto, mis papas tuvieron la misma sensación que yo de que no hay gente más hospitalaria que los polacos!



Unos días después nos fuimos a Praga. Todos me decían que era una de las ciudades más lindas del mundo. No me quedó ninguna duda y, de hecho, pasó a ser mi ciudad preferida (hablando de belleza) en el top 3 de las ciudades más lindas que fui.

Lo primero que me impactó de Praga fue la cantidad de actividades musicales, en todos lados. Uno escucha música por las calles, por los puentes, en las plazas, en todo lugar que vayas. Estuvimos tres días y cada día fui a un concierto distinto. La primer noche me mandé directo a la ópera, a ver Nabucco, la segunda me fui a una Jam Session con Nico, companero de lujo, que me ayudó un poco a entender de qué va la cosa, y la tercera a un concierto de arias de Mozart. En Praga nos pasó lo mismo que en Polonia: nos hicimos duenos de la ciudad. Por suerte fuimos muy dinámicos y hicimos un poco lo que cada uno quiso. Nico fue a otro concierto de jazz, salió a bailar, yo me caminé puentes, de día y de noche, al final del viaje ya nos conocíamos la ciudad bastante bien, y nos encontrabamos acá o allá sin perdernos. Mi primer sensación fue preguntarme: qué vio Dvorak en los Estados Unidos como para no pensar que esto es el lugar más bonito del mundo? Pero claro, me lo puedo imaginar.
Después volvimos a Bruselas y... eso ya es otra historia.

La próx. subo alguna que otra anécdota graciosa que me estoy guardando.

Por fin llegó el fin de semana, se terminó una de las semanas más estresantes del anio, dirigiendo Dvorak y Bartok y con monton de horas de clase y de trabajo, pero acá estoy, entera, disfrutando de un Sábado soleado y preparándome mentalmente para ir a bailar salsa hoy a la noche :D
Hasta la prox!



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